miércoles, 17 de marzo de 2010

TONIGHT: FRANZ FERDINAND

So if you're lonely
You know I'm here waiting for you
I'm just a crosshair
I'm just a shot away from you
And if you leave here
You leave me broken, shattered, I lie
I'm just a crosshair
I'm just a shot, then we can die

Así parte la primera canción que escuché de Franz Ferdinand en el lejano 2004: Take me out (Sácame de aquí). Un ángel apareció a los pocos días y me regalo el primer disco de esta distinguida banda (me comentó este ángel que debió tararear la canción unas 4 ó 5 veces en la tienda de música para que supieran qué quería, porque no sabía el nombre de la banda ni de la canción, ni yo tampoco a ese momento).

Y ese disco me acompaño cuando recién comenzaba mi carrera profesional, cuando prácticamente no era (éramos) nada aún, solo (solos) en Santiago a pesar de estar rodeado de 6 millones de personas, cuando no tenía la fanaticada que hoy me exalta, ni las mujeres que ahora me esperan en la pieza… y lo escuchaba al lado de una bulliciosa calle con mi modesto equipo de música (que acaba de fallecer unas semanas atrás, adios amigo), poniendo repetidamente “Take me out”, una y otra vez, porque me gustaba y porque talvez pedía que me sacarán de ahí…


El sábado 13 de marzo fui a ver a esta banda por primera vez al Arena Santiago. Y el concierto estuvo muy bueno, creo es el segundo mejor que he ido después de Muse. Y lo que veo de similitud entre estas dos bandas es que tocan con pasión, con energía, da la sensación de que no sólo hacen su trabajo, sino que disfrutan y “sienten” lo que tocan (algo que debiese ser obvio en bandas de rock, pero no lo es). Y cuando veía la potencia que imprimía el guitarrista Nick McCarthy me daban tantas ganas de estar arriba del escenario rockeando, me daba cuenta una vez más que soy de ese extraño grupo de personas que aman la música (la buena música).


Mis amigos de Franz Ferdinand tocaron temas de sus 3 álbumes, destacando bastantes de su último álbum “Tonight”, el cual es entero bueno por si no lo has escuchado, y por lo mismo te aconsejo que a la brevedad lo pongas es tu Nokia X6 ó Sony Ericsson Vivaz, para que como yo, muevas el esqueleto en tus viajes en metro, bicicleta o vehículo particular contaminante.


Y para terminar (recuerda me esperan mujeres en la pieza) debo decir que ese sábado 13 de marzo, en que la vida me tenía un poco apesadumbrado y sin brújula, estos escoceses, por una hora y media escucharon y cumplieron lo que les pedía: Take me out.

Carpe diem mi ausente lector.

lunes, 15 de marzo de 2010

COCINANDO CON CORCHETÉATE I: MEDIALUNAS

Buscando nuevos productos que ofrecer para aumentar mi público objetivo y, de este modo, aumentar la publicidad en mi blog para su correcta mantención, he comenzado este 2010 con una nueva sección: “Cocinando con Corchetéate”.

En esta sección te iré presentando fáciles y nutritivas recetas para que sorprendas a tu amor y le demuestres que eres un verdadero ubersexual (lector) ó la mejor madre posible de sus hijos (lectora). Y te aseguro que son fáciles, pues no me quedaré en sólo dar una receta, sino que la pondré en práctica, tomando precisas fotos del proceso, e indicándote los posibles percances del arte oculto de la cocina (los cuales, como no, se presentaron en esta primera aventura).

En este primer reporte de la sección escogí un dulce del que soy adicto controlado: las medialunas. Las evito, pero si me dan 3, me como las 3; si me dan 6, me como las 6; y si me dan 9, no sé, porque nunca me las han dado.

Así que como digo el panadero, manos a la masa.

Ingredientes (10 unidades):

2 tazas de harina
1/2 taza de azúcar
1/3 taza de leche
10 gr. de levadura
50 gr. de manteca
3 huevos
1 cucharada de miel
1 cucharadita de sal

Preparación:

Revolver la levadura, una cucharada de azúcar, una cucharada de harina y la leche tibia, luego tapar y dejar en lugar no frío por unos 12,6 minutos.

En otro recipiente revolver 2 tazas de harina, 1/2 taza de azúcar y una cucharadita de sal.

Derretir la manteca y, en un tercer recipiente, mezclar con 2 huevos y una cucharadita de miel.


Una vez que hayan pasado los 12,6 minutos desde que dejaron la levadura reposando, se acercan a este recipiente y dicen las palabras mágicas: “¡oh, antiguos hongos unicelulares, fermenten este cuerpo decadente en [el nombre tuyo]!, ¡el (la) inmortal!”. Luego destapen la levadura y ésta, si invocaron las palabras mágicas con convicción, habrá fermentado aumentando su volumen. De no ser así, quiere decir que no tienes convicción y ya no hay nada que yo pueda hacer por ti.

Mezclar el recipiente de harina y el de manteca en forma energética. Luego se agrega la levadura poco a poco. En una mesa adecuada se amasa el cuerpo esponjoso que se ha creado, agregando un poco de harina para evitar que se pegue demasiado. En mi caso tuve que agregar una 1/2 taza más de harina.


La masa ya uniformada se deja en un recipiente, tapado con un paño, por unos 30 minutos, para que continúe su proceso químico de creación. Durante este tiempo es bueno meditar sobre lo feliz que nos pueden hacer las cosas simples de la vida.

Pasado los 30 minutos se toma la masa y se estira para formar un rectángulo que permita plasmar triángulos de unos 12,6 cm de base por unos 18 cm de alto (estas cifras son sólo referenciales, te dejo la opción de innovar). En caso que no tengas una gran mesa y/o uslero (como fue mi caso) te aconsejo trabajar con porciones de la masa total.


Con los triángulos ya cortados se forma un rollo, partiendo por la base. La punta del triangulo se deja en la base de la medialuna (abajo) para evitar que se despegue. Finalmente, las puntas del rollo se doblan para darle forma de medialuna a la medialuna (brillante). La medialunas se colocan en la bandeja de horno, la cual previamente se aceita o enmantequilla. Pintar las medialunas con huevo batido, para eso es el tercer huevo (brillante).


Dejar reposar nuevamente las masitas por otros 12,6 minutos y luego cocinarlas en un horno ya caliente durante otros 12,6 minutos o hasta que se doren o hasta que se corte la luz y no funcione tu horno eléctrico como fue mi caso por culpa de un blackout (apagón, en lenguaje mundano).

Así que me quedé con el medio cuello mi querido lector...

Lo sorprendente es que estaba destinado al éxito, como tú también lo estás, y las medialunas se seguían dorando con el calor de unos 2 minutos que estuvieron con el horno funcionando. Así que mientras esperaba que regresara la electricidad me puse a componer una opera, la electricidad llegó, seguí componiendo y olvide que el horno estaba en “ON”.

Comenzó a salir un rico olor a “mamá cocinándome algo rico”, y mientras recordaba esos acogedores momentos me acuerdo que el horno estaba encendido: Las medialunas estuvieron más de los 12,6 minutos programados y tendieron a quemarse, pero sólo un poquito.

Moraleja: No cocines durante un blackout.


Resultado:

Las medialunas quedaron un poco secas y debo decir que la cucharada de miel se sentía bastante, creo sacaré ese ingrediente para la próxima vez. Le asigno una nota de 6 sobre 10 a la preparación realizada, pero confío en que tú, mi aventajado lector, obtendrás la perfección.

Si tienes hambre, tengo 9 ricas medialunas que ofrecerte.

Carpe diem mi goloso lector.