Estaba explorando el diario el jueves pasado cuando de repente me llaman a mi aifons (Sr. Cuicos). Era mi amigo personal Jumbito que me contaba estaba medio preocupado por su situación laboral y necesitaba evadirse tomando un par de cervezas conmigo.
Nos juntamos y nos fuimos a compartir un HH. Me expresaba que en cualquier momento se sabría de la paralización del Costanera Center y que parece estaba en la lista de los que quedarían sin trabajo. Yo le daba ánimo diciéndole que eso era imposible, que él era un símbolo y sería talvez el último al que despedirían. En eso él se pone serio y me dice que tiene un secreto muy grande y que talvez es tiempo de que me lo cuente. Yo le digo que bueno, que confié en mí, que nadie lo sabría, que soy una tumba y jamás lo haría público en mi blog.
Luego de pensarlo un rato me dice “mete tu mano acá bajo mi cuello”. Yo le señalo inmediatamente que no se ponga cariñoso, que no se confunda. Él agrega que yo no entiendo y antes que yo pueda reaccionar se toma su cabeza y ¡se la saca!. Pero no muere ni hay sangre. ¡Hay un ser humano escondido dentro de Jumbito!. Yo quedo en shock.
En el momento comprendo que Jumbito también es reemplazable. De todas formas le animo, le digo que podría trabajar en un circo, animando eventos o cobrando por sacarse fotos con niños. Me da gracias por mi apoyo y seguimos bebiendo animadamente y conversando de la vida. Para resumir, basta decir que lo tuve que arrastrar de su trompa para subirlo a un taxi (se pone muy odioso Jumbito cuando toma mucho).
Anteayer fui al supermercado y para mi sorpresa me encuentro con Jumbito, me abraza y me cuenta que lo han confirmado en su trabajo y está muy contento. Yo con mucho júbilo inmortalice el momento con una buena foto.
Nos juntamos y nos fuimos a compartir un HH. Me expresaba que en cualquier momento se sabría de la paralización del Costanera Center y que parece estaba en la lista de los que quedarían sin trabajo. Yo le daba ánimo diciéndole que eso era imposible, que él era un símbolo y sería talvez el último al que despedirían. En eso él se pone serio y me dice que tiene un secreto muy grande y que talvez es tiempo de que me lo cuente. Yo le digo que bueno, que confié en mí, que nadie lo sabría, que soy una tumba y jamás lo haría público en mi blog.
Luego de pensarlo un rato me dice “mete tu mano acá bajo mi cuello”. Yo le señalo inmediatamente que no se ponga cariñoso, que no se confunda. Él agrega que yo no entiendo y antes que yo pueda reaccionar se toma su cabeza y ¡se la saca!. Pero no muere ni hay sangre. ¡Hay un ser humano escondido dentro de Jumbito!. Yo quedo en shock.
En el momento comprendo que Jumbito también es reemplazable. De todas formas le animo, le digo que podría trabajar en un circo, animando eventos o cobrando por sacarse fotos con niños. Me da gracias por mi apoyo y seguimos bebiendo animadamente y conversando de la vida. Para resumir, basta decir que lo tuve que arrastrar de su trompa para subirlo a un taxi (se pone muy odioso Jumbito cuando toma mucho).
Anteayer fui al supermercado y para mi sorpresa me encuentro con Jumbito, me abraza y me cuenta que lo han confirmado en su trabajo y está muy contento. Yo con mucho júbilo inmortalice el momento con una buena foto.
Que aparezca con la misma polera que en la foto anterior (Optimus Prime) es sólo coincidencia. Espero no se repita.
Y recuerda querido lector, si la vida se pone difícil y quedas sin trabajo, ánimo, una crisis la puedes convertir en una perfecta oportunidad para partir de cero y salir fortalecido.
Carpe diem.
