miércoles, 27 de junio de 2007

EL HOMBRE QUE NO SABÍA DECIR "NO"

Una de las personas destacadas que he conocido en esta cuarta vida es mi amigo Elías (aventuras de mis otras vidas puedes ver en mi blog imaginario: iuuq://xxx.corcheteate.blogspotimaginario.dpn).

En un comienzo Elías era sólo otro ente imaginario que, coincidentemente, habitaba en la misma dimensión de mi amigo imaginario Oscar y un tal Van John. A las pocas semanas de que el doctor me recetara de por vida “Realidatium 50mg”, Elías se fue volviendo real, e incluso comenzó a interactuar con otros seres reales, además de mi propia persona.

Hemos vivido variadas experiencias tanto en el plano de la realidad como en el ficticio. Fue precisamente en una de nuestras salidas al mundo ficticio en que Elías me contó su historia, la que explicaba su simple y a la vez complejo comportamiento:

En un lluvioso día Enero de 1951, Elías se encontraba en un paseo familiar campestre con tíos y primos varios. En un momento cualquiera, Elías, junto con un primo mucho mayor que él, se escaparon al río. Estaban sentados con los pies en el agua, cuando una sombra gigante se posa sobre ellos. Al darse vuelta ven un hombre de 3 metros de alto, con una túnica azul, y una barba y cabellos blancos tan largos que llegaban al piso. Este hombre, con una voz de ultratumba, le pregunta a Elías y a su primo: ¿Sí o No?. Elías, atemorizado dice “No”. Su primo, cierra los ojos de miedo, y al mismo tiempo que Elías dice “Sí”. En ese instante el hombre gigante toca con su mano de seis dedos la cabeza del primo mayor de Elías.

Un par de años después Elías unió cabos sueltos y comprendió porque su primo mayor fue tan exitoso. Su primo era un tal Hugh Hefner. Desde ese día Elías se juramentó jamás volver a decir “No”.



La medida que tomó Elías para el resto de su vida le ha traído muy buenos resultados en general, aunque con excepciones. Un lado bueno es que siempre que lo invitan a algún lugar no se puede negar, lo cual lo ha llevado a conocer gran parte del mundo: Ecuador, Brasil, China, Alaska, Quilicura, La Atlántida, etc. Sin embargo, esto mismo lo ha llevado a lugares peligrosos para alguien cuerdo: Hong Kong, Peor es nada, El Playa, Lomas de Lo Aguirre, Irak, Neverland, etc.


De la mano de este conocimiento geográfico, otra consecuencia, derivada de la filosofía de vida de Elías, es la gran cantidad de deportes que ha practicado. Destacó el buen performance de mi amigo en: ajedrez, gimnasia artística y rítmica, sumo, rugby, tenis de mesa submarino, nado sincronizado, lanzamiento del cordero, snowboard, críquet, caza de elefantes rosados, pesca con mosca, rayuela y fútbol esquimal, sólo por nombrar algunos.


Pero no todo ha sido bueno, un resultado negativo de no saber decir que “no”, es que mi amigo ha tenido algunas parejas francamente reprobables, las cuales por respeto a ti, mi altruista buen lector, no mostraré en este reporte.

Aun así, Elías es un modelo que imito en una de mis personalidades. Es como Forrest Gump (esa película sí que es muy buena). El hombre la pasa bien como ninguno. Debe ser porque no poder decir “no” es lo más parecido a no tener miedo, y eso si que es excelso.

Finalmente, quiero pedirte, mi único lector, que si ves a Elías no te aproveches de él, no le pidas dinero ni favores. Déjame eso a mí.

viernes, 15 de junio de 2007

HÉROES: ¿SOY UNO DE ELLOS?

De vez en cuando, como supongo les pasa a muchos, me siento un poco distinto al resto, siento cosas raras y veo fenómenos inverosímiles. Hace un par de semanas llegó a mis manos la serie de televisión “Héroes” que, como su nombre lo indica, trata de personas que se descubren como héroes, con poderes y todo eso.

Entonces empecé a recapitular, vino un flasback de mi vida y detalladamente recordé situaciones extremas. No logré encontrar ninguna habilidad particular en mi persona que tuviera las características asociadas a algún superhéroe de comic. Sin embargo, sí descubrí habilidades que podríamos asignar a un superhéroe de segunda generación, es decir, con más poder mental que físico.

Primera habilidad: La conspiración.
Mi gran capacidad mental me permite analizar los siguientes hechos posibles a cualquier acción que tome yo y/o terceros. De este modo puedo elucubrar distintos futuros posibles, los cuales normalmente forma parte de LA conspiración que nos rodea (LA conspiración será detallada en un reporte en un futuro cercano, según elucubro ahora mismo). Y no lo olvides, alguien te está mirando…


Segunda habilidad: La concentración.
Estoy casi seguro que podría estar cayéndome en un avión, a punto de estrellarme y sería capaz de resolver algún ejercicio de lógica o matemáticas sin problemas de concentración. De hecho, estoy seguro que mientras caigo usaría mi primera habilidad, aunque no me sirva para salvarme, pero si para ver mi funeral y planear qué será el mundo sin mí (casi lo mismo que es ahora).

Tercera habilidad: La suerte.
Estoy convencido que tengo el gen de la suerte, pues soy y tengo todo lo que quiero. Ejemplos: Siempre que camino por la calle (sólo cuando voy solo) los semáforos se van poniendo en verde, de modo de no interrumpir mi misión. Los plátanos que como, siempre tiene buen sabor. Cuando se me cae un pan al suelo, siempre cae con la mermelada, palta, etc. hacia arriba. Cuando compró un cuarto de pollo, siempre hay pechuga. Cuando pagó con un billete de $10.000 ó $20.000, siempre tienen vuelto. Cuando pago, siempre tengo billetes de $10.000 ó $20.000 en mi billetera (eso sí es buena suerte), y así suman y siguen los ejemplos, que espero, mi muy querido lector, demuestran esta habilidad.

Me preparaba para terminar este reporte, cuando Amor me muestra preocupada una foto que me sacó mientras escribía los párrafos anteriores. Yo le dije que lo que observó es normal, que le pasa a todo el mundo, ¿o no?